

Por: Bache3000
La semana pasada, un grupo de empresarios turísticos de Bariloche entregó al gobierno municipal un informe georeferenciado que detalla la ubicación de cada uno de los alquileres turísticos informales en la ciudad. El documento, resultado de meses de investigación, expone una realidad que afecta tanto al sector hotelero como a los residentes permanentes.
El volúmen de tasas que hoy el municipiop no cobra, es multimillonario. Es decir, no hay ningún tipo de beneficio para la ciudad.
"No estamos en igualdad de condiciones", explica María, propietaria de un complejo de cabañas. "Nosotros pagamos tasas, impuestos, cumplimos normativas y contratamos personal, mientras estos alojamientos informales operan sin ningún tipo de control."
Según los empresarios, esta situación genera múltiples problemas: competencia desleal, reducción de la oferta de viviendas para alquiler permanente, destrucción del poder adquisitivo de los inquilinos, y pérdida de empleos en el sector hotelero formal.
En un informe realizado por Fernando Bercovich, se indica que Bariloche es actualmente la tercera ciudad con más unidades ofertadas en plataformas como Airbnb y Booking, solo superada por Buenos Aires y Mar del Plata. Hay más de 2,000 viviendas destinadas al alquiler turístico que podrían albergar a familias de hasta cinco personas.
Los números son contundentes: cada unidad en Airbnb generó aproximadamente 2,175 dólares mensuales en julio de 2022. Entre septiembre 2022 y agosto 2023, los anfitriones recibieron 7.6 millones de dólares en total.
Alrededor del Nahuel Huapi ya no se consiguen alquileres a largo plazo. Las personas que trabajan en turismo terminan mudándose lejos del centro y empeorando sus condiciones de vida, con tiempos de viaje cada vez más extensos.
A diferencia de ciudades vecinas como Villa La Angostura y San Martín de los Andes, que han implementado registros obligatorios y zonificación para alquileres temporarios, Bariloche carece de políticas claras al respecto.
Lo más llamativo, según fuentes consultadas, es que el propio intendente posee cabañas de alquiler temporario que aparecen en Google Maps bajo las iniciales WC.
Expertos del sector sugieren que es necesaria una zonificación adecuada que separe áreas para alquiler turístico y para alquiler permanente, además de un control más estricto de las regulaciones ya existentes.
EL ORIGEN DE UN FENÓMENO GLOBAL
La ironía de esta situación es que Airbnb, una de las principales plataformas de alquiler temporario, nació precisamente como respuesta a una crisis habitacional. En 2008, Brian Chesky, Joe Gebbia y Nathan Blecharczyk comenzaron a ofrecer colchones inflables en su departamento de San Francisco para poder pagar el alquiler durante un evento masivo en la ciudad.
Lo que empezó como una solución para tres jóvenes con problemas para pagar el alquiler se convirtió en una plataforma valorada en 30 mil millones de dólares una década después. Paradójicamente, ahora contribuye a profundizar el mismo problema que la originó.
En Argentina, estas plataformas comenzaron a popularizarse alrededor de 2013. Para 2019, ya había 15,655 publicaciones en la Ciudad de Buenos Aires, con casi 80% siendo viviendas completas que habían salido del mercado de alquileres tradicionales.
Mientras tanto, tanto turistas como residentes enfrentan las consecuencias de la falta de regulación. Las plataformas como Airbnb y Booking cobran comisiones del 20% a los prestadores de servicios, lo que termina inflando los precios para los turistas, mientras los residentes locales luchan por encontrar un lugar donde vivir.