Por: Bache3000

Según fuentes cercanas a la municipalidad, Cortés desembolsó la módica suma de tres veces el valor real por una "hormigonera mágica" que, según le aseguraron, "tenía poderes místicos para estirar el cemento". Además, tiene el poder de hacerse nueva con el siemple chasquido de los dedos, y detener investigaciones por si no pudiera hacerse nueva. 

"Es una inversión estratégica", declaró el intendente a este medio mientras acariciaba una bola de cristal. "Con esta hormigonera bendecida por las estrellas vamos a pavimentar desde el Centro Cívico hasta el Cerro Catedral con sólo tres baldes de cemento".

La transacción, realizada en un estacionamiento apartado y a altas horas de la noche, incluyó una garantía verbal de que "si no funciona, siempre puede usarla para hacer sahumerios municipales".

El consejo deliberante ya preparó una comisión investigadora, mientras que vecinos de los barrios más alejados se preguntaron si esta "hormigonera de la fortuna" también venía con algún hechizo para hacer aparecer el transporte público en sus zonas.

Consultados sobre la procedencia del dinero para esta adquisición, desde el municipio explicaron que "salió del fondo de reserva para catástrofes", categoría en la que aparentemente entraba tener las calles como un campo de batalla después de un bombardeo.

Los vendedores, que desaparecieron más rápido que un funcionario en día de protestas, dejaron como único comprobante de compra un papel donde se leía: "Preguntale a INDUMIX".

Al cierre de esta edición, varias fuentes confirmaron que la hormigonera mágica resultó ser simplemente una licuadora industrial pintada de amarillo con luces LED. El intendente, sin embargo, mantuvo su fe inquebrantable: "Esperen a que le ponga las piedras energéticas que me vendieron por separado".