miércoles 02 de abril de 2025 - Edición Nº48

Bache Investiga | 30 mar 2025

NO LO VAS A PODER CREER

Calles de tierra, bolsillos de oro: la saga de la hormigonera municipal

Por la ciudad más famosa de la Patagonia, circula una hormigonera que es nueva cuando conviene y usada cuando no hay más remedio. Como en las mejores novelas de García Márquez, nadie sabe bien cuándo llegó ni de dónde viene, pero todos la están pagando. Una saga que es investigada por la justicia, y por el Tribunal de Cuentas.


Por: Bache3000

El intendente Walter Cortés había conseguido, como primer acto de gobierno, que el Concejo Deliberante le concediera poderes extraordinarios. La emergencia habitacional, fiscal, financiera y económica sonaba a palabras grandilocuentes para explicar algo simple: "agilizar procedimientos" y, sobre todo, "las compras", como declaraba la propia normativa. En un pueblo donde la burocracia suele ser la excusa perfecta para la inacción, agilizar sonaba bien.

La primera señal de alarma apareció en mayo. Cortés adquirió tres máquinas: una excavadora con orugas, una pala cargadora y una retroexcavadora. El costo: 500 millones de pesos. Pero había un detalle inquietante: 46 millones se fueron en "comisiones", algo expresamente prohibido por la ley. Y no era cualquier proveedor: era Adrián Mercado, un provedor que antes le vendía a AMEC, el sindicato que lidera el propio intendente. Como si no bastara, no hubo ninguna búsqueda de precios alternativos, aunque las mismas máquinas se conseguían por la mitad en otras empresas.

Pero aquello sería apenas el preámbulo de lo que estaba por venir.

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El 30 de agosto —último día de vigencia de la emergencia económica— Cortés firmó la resolución 1664 junto a Jorge Quilaleo, Secretario de Obras, y Carina Ondarcuhu, Secretaria de Hacienda. El documento adjudicaba, sin explicación alguna, 192 millones de pesos a una empresa llamada F&J. Lo curioso: esta firma no había participado en ninguna cotización previa y se había inscripto en AFIP apenas días antes de ganar el concurso. Un debut afortunado en el mundo de los negocios municipales.

Seis días después, y ya fuera de la emergencia, como quien corrige un error tipográfico, se emitió otra resolución —la 1714— para "rectificar" la anterior. Ahora resultaba que sólo una empresa había presentado cotización: Del Rey Automotores. Las demás empresas consultadas no vendían hormigoneras, como si alguien hubiera preguntado el precio de un satélite en la verdulería del barrio. Mientras tanto, ninguna de las empresas locales que efectivamente comercializaban estos equipos fue consultada.

La resolución aclaraba otro detalle sorprendente: aunque Del Rey Automotores había presentado el mejor precio, sería "representada" por F&J, la empresa recién nacida. Un dato adicional: ambas firmas tenían domicilios a pocos metros de distancia y pertenecían a familias gitanas con antecedentes penales.

Este nuevo documento especificaba también que la hormigonera sería de marca Indumix, modelo Indumovil 80, NUEVA, y que costaría 192 millones con flete incluido.

Otros precios en ese momento

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Comenzaron entonces las preguntas. Para ser nueva, era barata, y para ser usada, era cara, carísima. Los precios de mercado, indicaban que algo no cerraba. Algunos periodistas y concejales contactaron directamente con la fábrica Indumix. La respuesta fue desconcertante: no habían vendido ninguna hormigonera a la municipalidad ni tenían representantes en la zona. Sí reconocieron haber enviado un presupuesto para una Indumovil 60, pero lo habían mandado al correo personal de Carlos Criado, tesorero del sindicato de comercio. Y algo más: el modelo Indumovil 80 nuevo costaba 209 mil dólares más IVA —aproximadamente 270 millones de pesos al precio dólar de ese momento —, bastante más que los 192 millones pagados por una supuesta máquina nueva que había pasado por un misterioso intermediario.

El 9 de septiembre, cuando este medio consultó a Indumix, la empresa confirmó que no se había concretado ninguna venta. Sí, un pedido de cotización, que nunca apareció en la Resolución de compra. Sin embargo, la orden de pago a F&J ya había sido emitida el 30 de agosto y ratificada el 5 de septiembre. ¿Por qué entonces el intendente insistía en que la máquina fue comprada a Indumix?

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Para complicar más el panorama, el mismo 5 de septiembre se firmó la resolución 1715, por la cual el municipio se endeudaba con el banco por 2 mil millones de pesos (a una tasa del 42% anual) para comprar tres camiones con mixer, camionetas y un vibrocompactador. Otra vez, consultaron a empresas a las que nunca se les compró nada. Otra vez vez, apareció un outsider de los procedimientos. Pero ahora apareció una conocida: esta vez los camiones sí fueron comprados a Indumix.

A partir de ese momento, la comunicación oficial intentó confundir las aguas, sugiriendo que la hormigonera también provenía de Indumix. El 22 de octubre, el intendente repitió la misma versión por el canal de televisión de su sindicato. Y el 9 de enero de 2025, llegaron a la ciudad los camiones mixer de Indumix, empresa que nunca había participado en la consulta de precios original. Eso sí: la empresa dejó de responder a los medios. E hizo silencio de radio.

Pero el hecho irrefutable es que los 192 millones por la hormigonera los cobró otra empresa, no Indumix, aunque la máquina llevara su marca.

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En los registros municipales, la hormigonera figura como recibida por el Secretario de Obras, Jorge Quilaleo, el 27 de agosto de 2024, tres días antes de emitida la orden de pago. Pero la máquina no llegó hasta el 17 de octubre, casi un mes después. Es decir, pagaron la máquina sin verificar si estaba en condiciones, si realmente era nueva o si efectivamente correspondía a lo comprado.

Inevitablemente, el Tribunal de Cuentas municipal definió el 17 de septiembre dar curso a la investigación impulsada por el concejal Leandro Costa Brutten. El sumariante Matías Heppner constató que prácticamente no había partes nuevas en la hormigonera: tenía componentes con fechas de 2018 y 2021, chapas mal colocadas con tornillos diferentes, pintura defectuosa, rayones y óxido. Una de las inscripciones, reza: fecha de despacho agosto 2024. Pero ya sabemos que de Indumix, nada fue despachado en ese fecha.Todo muy distante de una máquina "NUEVA", como afirmaban las resoluciones corregidas.

Tampoco se certificó garantía alguna, ni siquiera cuando la máquina se descompuso varias veces.

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La ciudad ya lleva gastados 1.200 millones de pesos en la hormigonera y el ecosistema de maquinaria que debería permitirle funcionar, pero todavía no se ha pavimentado ni una calle completa. Ya se anunció tres veces que la planta comenzaría a trabajar para hacer más fácil la vida de quienes viven en calles de tierra y pagan sus impuestos para no caminar sobre barro y agua en invierno.

Estamos próximos a cumplir un año desde que comenzó toda esta historia, y ahora se acerca el período estival, cuando, como todos saben, no se puede pavimentar.

Mientras tanto, por las calles de tierra de la ciudad, los vecinos siguen esperando. Y la hormigonera, como un personaje de ficción, sigue teniendo el don de la ubicuidad: es nueva en los papeles, usada en la realidad, pintada con los colores municipales y oxidada por debajo. Es cara cuando se compra y barata cuando se intenta vender. Es de todos y de nadie.

Es la hormigonera fantasma que todos pagan y nadie usa.

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