

Por: Bache3000
En la capital del país, la respuesta fue contundente. Una multitud se congregó en Plaza de Mayo en lo que constituyó una manifestación masiva que convocó a todos los sectores del peronismo. Desde el gobernador bonaerense Axel Kicillof hasta el dirigente Guillermo Moreno, pasando por la CGT, intendentes del conurbano y la agrupación Patria Grande, el arco político opositor se hizo presente para respaldar a la ex presidenta.
El Gobierno nacional desplegó un operativo de seguridad especial, con controles en los accesos a la ciudad y un tercer anillo de seguridad dispuesto por la Policía de la Ciudad en los alrededores de la histórica plaza porteña. Inicialmente se había previsto una movilización hacia Comodoro Py, pero tras la notificación del beneficio de prisión domiciliaria otorgado por el Tribunal Oral Federal 2, los organizadores mantuvieron el acto en Plaza de Mayo.
Desde su domicilio en Monserrat, donde cumple con la prisión domiciliaria, Cristina Kirchner envió un mensaje grabado que se difundió a través de los parlantes instalados en la manifestación. Con la consigna "vamos a volver", la ex presidenta lanzó duras críticas al rumbo económico de Javier Milei y arengó a la militancia: "Vamos a volver con más fuerza y unidad". En su intervención, también sentenció: "No me dejan competir porque saben que pierden" y afirmó que "este modelo, que ahora encarna Milei, que no es diferente a los de otrora, se cae".
En contraste, la movilización en San Carlos de Bariloche mostró una dimensión diferente pero no menos significativa. Pasadas las 16 horas, cerca de mil personas comenzaron a concentrarse en el Centro Cívico, la plaza central de la ciudad patagónica. Aunque la convocatoria no alcanzó las dimensiones masivas esperadas, sí constituyó una marcha importante para los estándares locales.
Las banderas y pancartas desplegadas en Bariloche evidenciaron la diversidad de organizaciones que respaldaron la movilización: los gremios ATE y UNTER, La Cámpora Bariloche, Patria Grande, el Partido Justicialista, el Centro de Jubilados y la CTA, entre otras organizaciones civiles y asociaciones. La convocatoria había sido lanzada públicamente a través de redes sociales y medios de comunicación de todo el país, con el objetivo de "llenar las plazas de la Argentina" en forma simultánea.
Los manifestantes barilochenses, conformados por agrupaciones políticas, sindicales y vecinos de la ciudad, enarbolaron consignas que denunciaban una avanzada del poder judicial y económico contra "el proyecto político nacional y popular". Esta narrativa se replicó en ambas movilizaciones, tanto en la capital como en la ciudad cordillerana.
La jornada puso de manifiesto la capacidad de convocatoria que mantiene el kirchnerismo tras la confirmación de la condena, aunque con matices regionales evidentes. Mientras Plaza de Mayo se convirtió en el escenario de una demostración de fuerza multitudinaria que reunió a la dirigencia peronista de primer nivel, ciudades como Bariloche mostraron un respaldo más acotado pero sostenido desde las bases militantes y las organizaciones sociales locales.
El mensaje de Cristina Kirchner, difundido desde su prisión domiciliaria, resonó tanto en la multitud porteña como en los cientos de manifestantes patagónicos, consolidando una jornada que el kirchnerismo interpretó como una muestra de resistencia frente a lo que considera una persecución judicial y una oportunidad para proyectar su regreso al poder político.